En primer lugar, me gustaría dar las gracias a Diana de Meridor por haberme enviado esta información tan valiosa sobre Enrique VIII. Esta carta de tono urgente y desesperado, era el ultimátum del soberano a su amada Ana Bolena. En ella se mostraba dispuesto a prescindir de María Bolena y de Catalina de Aragón, a desarraigalas de su corazón con tal de que Ana se le entregara en cuerpo y alma. Enrique había hallado la mujer que deseaba. Estaba hechizado, obsesionado, obcecado. Al fin dió rienda suelta al impulso de su corazón:
Meditando acerca del contenido de vuestras últimas cartas, me veo acosado por mil pensamientos torturadores y sin saber a qué atenerme, ya que en unas frases creo descubrir una satisfacción y en otras todo lo contrario. Yo os ruego encarecidamente me digáis cuáles son vuestras intenciones respecto del amor que existe entre los dos.
Necesito a toda costa una respuesta, ya que llevo un año herido por el dardo de vuestro cariño y sin tener aún la seguridad de si hallaré o dejaré de hallar un lugar en vuestro corazón y afecto.
Esta incertidumbre me ha privado últimamente del placer de llamaros dueña mía, ya que no me profesáis más que un cariño común y corriente; pero si estáis dispuesta a cumplir los deberes de una amante fiel, entregándoos en cuerpo y alma a este leal servidor vuestro, si vuestro rigor no me lo prohíbe, yo os prometo que recibiréis no sólo el nombre de dueña mía, sino que apartaré de mi lado a cuantas hasta ahora han compartido con vos mis pensamientos y mi afecto y me dedicaré a serviros a vos sola.
Rendidamente suplico una contestación para esta mi carta, pues anhelo saber hasta dónde y para qué puedo contar con vos.
Si no os fuera grato contestar por escrito, indicadme algún lugar donde pueda recibir la respuesta de palabra, y yo acudiré con todo mi corazón.
No sigo por temor a cansaros.
Escrito de mano de quien no desea ser sino vuestro,
E. Rex.”
Necesito a toda costa una respuesta, ya que llevo un año herido por el dardo de vuestro cariño y sin tener aún la seguridad de si hallaré o dejaré de hallar un lugar en vuestro corazón y afecto.
Esta incertidumbre me ha privado últimamente del placer de llamaros dueña mía, ya que no me profesáis más que un cariño común y corriente; pero si estáis dispuesta a cumplir los deberes de una amante fiel, entregándoos en cuerpo y alma a este leal servidor vuestro, si vuestro rigor no me lo prohíbe, yo os prometo que recibiréis no sólo el nombre de dueña mía, sino que apartaré de mi lado a cuantas hasta ahora han compartido con vos mis pensamientos y mi afecto y me dedicaré a serviros a vos sola.
Rendidamente suplico una contestación para esta mi carta, pues anhelo saber hasta dónde y para qué puedo contar con vos.
Si no os fuera grato contestar por escrito, indicadme algún lugar donde pueda recibir la respuesta de palabra, y yo acudiré con todo mi corazón.
No sigo por temor a cansaros.
Escrito de mano de quien no desea ser sino vuestro,
E. Rex.”
Bibliografía:
Hackett, Francis: Enrique VIII y sus seis mujeres, Editorial Juventud S.A., Barcelona, 1975.
16 comentarios:
Ay, madame, la famosa carta!
Que bueno que hayas encontrado el libro. Estoy segura de que lo estas disfrutando enormemente. La verdad que a mi me parece una joya, no solo por el contenido, que aporta cantidad de informacion de inestimable valor acerca de la personalidad de Enrique, sino tambien por la forma amena en que se narra.
Un saludo
Diana de Méridor
Una carta interesantísima. Imagino la cara que debía tener Ana mientras la leía... Ante tanta pasión y tantas promesas ¡debió perder la cabeza! A veces, algunos hechos se anticipan a la realidad. Encantador blog, te seguiré. Saludos cordiales.
Hola, sigo tu blog con bastante asiduidad como buena apasionada de la dinastía Tudor que soy.
Te dejo aqui un par de links de los muchos que hay en la red, que contienen algunas de las cartas (en inglés) que envió Enrique VIII a Ana Bolena, además de poesías supuestamente inspiradas por ella y escritas por Thomas Wyatt.
http://englishhistory.net/tudor/lovelett.html
http://englishhistory.net/tudor/monarchs/boleyn-poems.html
y aqui la unica carta de amor de Ana a Enrique VIII que se conserva:
http://englishhistory.net/tudor/letter6.html
Magnífico blog, enhorabuena por tu trabajo, encontrar material por internet no es dificil, ¡¡ lo dificil es compilarlo bien !!!
Un saludo
Querida Caroline:
Cuanto más leo sobre estas cosas, más pena me da Ana Bolena.
Es comprensible, pues, que después de sus años en común y al final de su vida, Ana amara sinceramente y con verdadero afecto al rey.
Mi cariño hacia Ana Bolena es directamente proporcional al desprecio que Enrique VIII me inspira.
Enhorabuena, Caroline.
Un beso,
Catherine Heathcliff.
Esta es una faceta interesantísima de este rey, que tenía tanta afición a cortar las cabezas que tanto amaba. Mentía en sus cartas o las escribía de corazón? esa es mi duda.
Saludos!
Mmmm y pensar que Enrique VIII siempre me pareció como que bastante recio :D.
Resulta siempre interesante leer algo escrito directamente por un personaje histórico, obviamente es la manera más directa de acercarse a él o ella.
Un abrazo!
Diana: El libro me está pareciendo interesantísimo, muchas gracias por la recomendación! Es fabuloso tener acceso a datos tan íntimos de la vida de Enrique VIII.
Isabel Romana: Muchas gracias por tu visita y comentario, me alegro de verla por aqui! Bienvenida a mis líos cortesanos!
Anna Regina: Muchas gracias por enviarme los links! A igual que tu soy una apasionada de la Dinastía Tudor(no se nota nada verdad...), no me canso nunca de descubrir algo nuevo sobre ellos! Espero no cansaros demasiado con temas similares, es que me encanta la relación entre Enrique y Ana.
Besos,
Caroline
Catherine: En un principio creo que Ana buscaba el poder y lógicamente se dejó llevar por la ambición. Pero creo que finalmente empezó a sentir un verdadero afecto por el monarca, no me canso de decir que fue una injusticia su juício, y la manera como la trataron al final de su vida.
Kassiopea: En los comienzos pienso que sus sentimientos eran sinceros, pero el lado malo de todo eso, era su comportamiento impulsivo y caprichoso, lo estropeaba todo. A Ana podría haberla enviado a un convento, fue lamentable la manera como se deshizo de ella.
Minerva: Nada mejor que leer sus propios escritos de puño y letra para poder compreender ciertos hecho históricos. Y más interesante viniendo de un personaje tan controvertido como Enrique VIII.
Besos,
Caroline
Pues fijate que yo nunca llegue a ver claro eso de que en algun momento sintiera verdadero afecto por Enrique, como no fuera el procedente de la euforia al ir viendo logrados sus objetivos, entre los que, por cierto, ademas de la ambicion ella sitúa la venganza. Para mi la cosa arranca desde aquel episodio con Percy de Northumberland. Nunca lo perdono. No hay mas que ver cómo se porto con Wolsey. Si queria el poder era, en parte, para poder vengarse de todos.
Madame, no se que pasa hoy que no soy capaz de firmar en los blogs que tienen el sistema de comentarios en ventanita incrustada. Espero que aqui si!
Un saludo
¡Hola!
La verdad es que de Enrique VIII, sabiendo el curriculum matrimonial que tuvo, no me fío de un pelo. Más que una declaración de sentimientos, parace que le está solicitando una cita para hallar al perseguido heredero.
Un abrazo
Quizás el defecto del rey fue que amara apasionada y ciegamente de la misma manera que posteriormente odió: sin escrupulos, sin piedad.
Simplemente fue un covarde que prefirió "cortar" por lo sano con sus problemas en vez de enfrentarse a ellos.
Mil saludos.
Con todo nuestro cariño, las hadas te hacemos entrega del premio Blog de oro. Estará aquí esperándote para cuando quieras recogerlo.
¡¡¡Muchos besitos y felicidades!!!
Tipicamente macho: cuando no obtiene lo que quiere, odia sin piedad...
La Dame Masqueé: La ambición se apoderó de Ana hasta límites insospechados, su família era un ejemplo de ello, los Howards y los Boleyn, todos querían ganarse el favor real. A pesar de todo, sigo creyendo que el fondo de corazón albergaba algún tipo de afecto hacia el rey. Logícamente no se compara con la pasión que experimentó con Henry Percy, o puede que con Thomas Wyatt.
Melibea: Ante toda la pasión que sentía por Ana, el objetivo primordial de Enrique era dar un heredero la corona. Aquello le consumía y se volvió una obsesión para él.
Mar: Enrique era un soberano de lo más caprichoso, y se enfurruñaba como un niño cuando veía que sus metas no se cumplian. No le bastó con apartar a Ana de su lado, tuvo que enviarla al cadalso sin ninguna piedad.
Hada de los Tiempos: Muchas gracias de corazón por tan ilustre premio! Te agradezco mucho!
Alyxandria: Así es, es lamentable que hoy en día aún existan hombres con ese mismo tipo carácter.
Besos,
Caroline
Dios santo, q carta más bonita !, Yo opino que Ana estaba muy influenciada por el afán de poder de su familia, a lo primero es obvio q no amaba al rey, pero trás el paso de los años, me atrevo a afirmar que sí sentía un sincero afecto hacía él, ya que éste debía de tratarla como una verdadera reina, durante estos primeros años de cortejo.
Tampoco soy inocente, Ana no era una santa y mucho menos era tonta, supo jugar muy bien sus cartas, pero Dios la castigó al no poder darle al rey el ansiado hijo varón.
Es sorprendente la caída de Ana, para mí siempre será la mujer más importante de la corte Tudor.
Por cierto, me llamo Silvia, soy fanática de los Tudors jeje,también participaré en este blog.Saludos.
JESÚS DEL HUERTO!
esto es oro puro!
Mi nombre es Daniel
y soy un nuevo y ferviente admirador de la dinastía Tudor, no así de la historia inglesa y medieval del mundo entero. Agradezco infinitamente este blog que recopila datos tan íntimos e interesantes como este...
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