Luisa de Saboya
Hasta que se otorgó el divorcio entre Luis XII y Juana de Valois, Luisa de Saboya podía tener esperanzas de que su hijo Francisco sería el duque de Orleáns. De momento, Luis XII se mostraba amable hacía ella. Mientras continuaban los trámites de la separación del monarca, éste fue de visita al gran castillo de Chinon, donde Luisa estaba instalada con sus vástagos. El nuevo rey estuvo sentado en aquellas habitaciones conversando con la duquesa viuda de Angulema y jugando con los niños. Corría el año 1498, Francisco entonces tenía cuatro añitos y le encantaba corretear con su perro. Margarita, su hermana, tenía seis y ya mostraba interés por la lectura.
Luisa, en la plenitud de su juventud, no podía evitar sentirse dichosa por la compañía de tan ilustre invitado. Sin embargo, el rey galo, aunque disfrutaba de su visita a Chinon, no conseguía olvidar ni que fuera por unos minutos todas las maquinaciones de su mente. Deseaba a toda costa tener una nación estable y bien ordenada, que le permitiera alcanzar su herencia en Italia. Su meta era adueñarse de Milán.
Poética Epístola de Anne de Bretaña y Luis XII. Iluminado por Bourdichon. F. 1v: Ilustración de Epístola 7. Principios del siglo XVI. " El rey galo aparece entronizado en una silla cubierta con una tela bordada con flores de lis. Luis XII está dictando una respuesta a Héctor de Troy. El mensajero está dispuesto a entregar la epístola a Elysium, que figura en el primer plano."
Luisa de Saboya era partidaria en cuanto a todo lo que se refería a la expansión francesa, tanto en Nápoles como en Milán. Sobre las intrigas con Roma no compartía las mismas inquietudes. Ya entonces los Borgia eran conocidos por su excesiva avaricia y por ayudarse únicamente a sí mismos. La verdad es que Luisa estaba a disgusto con respecto a la inminente boda de Luis con Ana de Bretaña. Tal situación podría peligrar la posición de su hijo como delfín. Por ahora debía contentarse como el nombramiento de su hijo como duque de Valois. No todo fueron malas noticias, las rentas de la duquesa de Angulema aumentaron, lo que propició que se extendiera su prestigio.
Los obispos, a raíz del desvergonzado tratado con el Papa, dieron a Luis su divorcio. El rey de Francia podría ahora formar una familia. Tan pronto se le concedió su demanda se anunció la próxima entrada de César Borgia con las bulas en la corte de Francia. César fue entonces a encontrarse con Luis en Chinon.El hijo del Papa era extraordinariamente inteligente. Era consciente que su reputación de perversidad lo había precedido y aquello causaba a los cortesanos una mezcla entre fascinación y desasosiego. Los franceses eran desdeñosos para con su persona y, comprendiéndolo, cínica, aunque atentamente, rehusó recibir la Orden de San Miguel de otras manos que no fuesen las del mismo rey. Era terriblemente orgulloso para con los pequeños cortesanos, y recibía las indirectas, con mirada de acero.
La infamia rodeaba su reputación, se había murmurado que había mantenido un idilio amoroso con su propia hermana, Lucrecia Borgia. Asimismo, la sombra de la sospecha también había recaído sobre él cuando se encontró el cuerpo inerte de su hermano Juan arrojado al Tíber el año anterior. Su entrada en Chinon la planeó de antemano para causar un efecto inolvidable entre los franceses. Era consciente que el rey Luis le estaría observando desde una de las ventanas más altas del castillo, y sabía también que numerosos oficiales y hermosas damas saldrían a la calle para ovacionarle y hacer sus comentarios.
Fragmento perteneciente a la obra "Partida de Eneas Silvio Piccolomini al Concilio," .Fresco de la catedral de Siena, Biblioteca Piccolomini. Atribuida a Pintoricchio con la ayuda de Rafael, 1502-1507.
Fragmento de "Un Amante abordardo a tres Damas". Poemas de Charles de Orléans y otras obras. Flandes, Brujas, c. 1490-1500. Francés, Royal MS 16 F. ii, f.188.
César Borgia aspiraba causar un efecto teatral que se recordara para siempre en la memoria del pueblo francés. A través de su extraordinaria riqueza y magnificiencia pretendía impresionar a todos como ningún otro cortesano había hecho hasta ahora. George D´Amboise, robusto e impasible, cruzó el puente para dar la bienvenida al hijo de Alejandro VI y cabalgar a su lado. Delante de ellos, a lo largo del puente, marchaban acompasadamente los primeros huéspedes de Italia.
Cuatro destacamentos, de bien formadas mulas, que habían sido desembarcados en Marsella. Las dos primeras docenas, con vestiduras rojas blasonadas, cargaban sacos y cajas. Las tres que seguían ostentaban extrañas colgaduras de raso rojo rayando el oro. A estas fastuosas mulas las precedía caballos de guerra relucientes de oro, pajes sobre finos corceles. Seis lacayos, ataviados también de color rojo, conducían caparazonadas mulas, y después los seguían dos mulas nobles, sobre cuyos lomos sostenían esplendidos cofres que contenían objetos misteriosos, quizás bulas papales, o ropa blanca limpia, o el cubilete que servía para el almuerzo de César, o el orinal de plata, o el birrete de cardenal...Cabalgaban luego treinta hidalgos, en traje de gala, con trovadores y clarines, otro conjunto de lacayos, y por último, los dos personajes principales, George D´Amboise y el mismo César Borgia.
Fragmento del "Viaje de los Magos". Obra de Benozzo Gozzoli (1459-61). Palacio de los Médici en Florencia.
Continuará...
Bibliografía:
Hackett, Francis: Francisco I, rey de Francia, Editorial Planeta de Agostini, Barcelona, 1995.
http://www.kimiko1.com/research-16th/TudorMen/1500/LouisXIIEp7.html
http://www.kimiko1.com/research-16th/TudorWomen/1490/Lover3LadiesWomen.html
http://es.wikipedia.org/wiki/Archivo:Pintoricchio_005.jpg
http://es.wikipedia.org/wiki/Archivo:Gozzoli_magi.jpg
Luisa, en la plenitud de su juventud, no podía evitar sentirse dichosa por la compañía de tan ilustre invitado. Sin embargo, el rey galo, aunque disfrutaba de su visita a Chinon, no conseguía olvidar ni que fuera por unos minutos todas las maquinaciones de su mente. Deseaba a toda costa tener una nación estable y bien ordenada, que le permitiera alcanzar su herencia en Italia. Su meta era adueñarse de Milán.
Poética Epístola de Anne de Bretaña y Luis XII. Iluminado por Bourdichon. F. 1v: Ilustración de Epístola 7. Principios del siglo XVI. " El rey galo aparece entronizado en una silla cubierta con una tela bordada con flores de lis. Luis XII está dictando una respuesta a Héctor de Troy. El mensajero está dispuesto a entregar la epístola a Elysium, que figura en el primer plano."
Luisa de Saboya era partidaria en cuanto a todo lo que se refería a la expansión francesa, tanto en Nápoles como en Milán. Sobre las intrigas con Roma no compartía las mismas inquietudes. Ya entonces los Borgia eran conocidos por su excesiva avaricia y por ayudarse únicamente a sí mismos. La verdad es que Luisa estaba a disgusto con respecto a la inminente boda de Luis con Ana de Bretaña. Tal situación podría peligrar la posición de su hijo como delfín. Por ahora debía contentarse como el nombramiento de su hijo como duque de Valois. No todo fueron malas noticias, las rentas de la duquesa de Angulema aumentaron, lo que propició que se extendiera su prestigio.
Los obispos, a raíz del desvergonzado tratado con el Papa, dieron a Luis su divorcio. El rey de Francia podría ahora formar una familia. Tan pronto se le concedió su demanda se anunció la próxima entrada de César Borgia con las bulas en la corte de Francia. César fue entonces a encontrarse con Luis en Chinon.El hijo del Papa era extraordinariamente inteligente. Era consciente que su reputación de perversidad lo había precedido y aquello causaba a los cortesanos una mezcla entre fascinación y desasosiego. Los franceses eran desdeñosos para con su persona y, comprendiéndolo, cínica, aunque atentamente, rehusó recibir la Orden de San Miguel de otras manos que no fuesen las del mismo rey. Era terriblemente orgulloso para con los pequeños cortesanos, y recibía las indirectas, con mirada de acero.
La infamia rodeaba su reputación, se había murmurado que había mantenido un idilio amoroso con su propia hermana, Lucrecia Borgia. Asimismo, la sombra de la sospecha también había recaído sobre él cuando se encontró el cuerpo inerte de su hermano Juan arrojado al Tíber el año anterior. Su entrada en Chinon la planeó de antemano para causar un efecto inolvidable entre los franceses. Era consciente que el rey Luis le estaría observando desde una de las ventanas más altas del castillo, y sabía también que numerosos oficiales y hermosas damas saldrían a la calle para ovacionarle y hacer sus comentarios.
Fragmento perteneciente a la obra "Partida de Eneas Silvio Piccolomini al Concilio," .Fresco de la catedral de Siena, Biblioteca Piccolomini. Atribuida a Pintoricchio con la ayuda de Rafael, 1502-1507.
Fragmento de "Un Amante abordardo a tres Damas". Poemas de Charles de Orléans y otras obras. Flandes, Brujas, c. 1490-1500. Francés, Royal MS 16 F. ii, f.188.
César Borgia aspiraba causar un efecto teatral que se recordara para siempre en la memoria del pueblo francés. A través de su extraordinaria riqueza y magnificiencia pretendía impresionar a todos como ningún otro cortesano había hecho hasta ahora. George D´Amboise, robusto e impasible, cruzó el puente para dar la bienvenida al hijo de Alejandro VI y cabalgar a su lado. Delante de ellos, a lo largo del puente, marchaban acompasadamente los primeros huéspedes de Italia.
Cuatro destacamentos, de bien formadas mulas, que habían sido desembarcados en Marsella. Las dos primeras docenas, con vestiduras rojas blasonadas, cargaban sacos y cajas. Las tres que seguían ostentaban extrañas colgaduras de raso rojo rayando el oro. A estas fastuosas mulas las precedía caballos de guerra relucientes de oro, pajes sobre finos corceles. Seis lacayos, ataviados también de color rojo, conducían caparazonadas mulas, y después los seguían dos mulas nobles, sobre cuyos lomos sostenían esplendidos cofres que contenían objetos misteriosos, quizás bulas papales, o ropa blanca limpia, o el cubilete que servía para el almuerzo de César, o el orinal de plata, o el birrete de cardenal...Cabalgaban luego treinta hidalgos, en traje de gala, con trovadores y clarines, otro conjunto de lacayos, y por último, los dos personajes principales, George D´Amboise y el mismo César Borgia.
Fragmento del "Viaje de los Magos". Obra de Benozzo Gozzoli (1459-61). Palacio de los Médici en Florencia.
Continuará...
Bibliografía:
Hackett, Francis: Francisco I, rey de Francia, Editorial Planeta de Agostini, Barcelona, 1995.
http://www.kimiko1.com/research-16th/TudorMen/1500/LouisXIIEp7.html
http://www.kimiko1.com/research-16th/TudorWomen/1490/Lover3LadiesWomen.html
http://es.wikipedia.org/wiki/Archivo:Pintoricchio_005.jpg
http://es.wikipedia.org/wiki/Archivo:Gozzoli_magi.jpg
2 comentarios:
Hola, Carol. ¡Qué linda recomendación me han hecho (mi querida Madame de http://themaskedlady.blogspot.com/)! Esta vez no voy a comentar, quizas sí hoy más tarde. Pero no podía evitar ver rapidito qué recomendación me estaban haciendo. Voy a tener bastantes cosas para leer aquí, y no solo las nuevas entradas. No sé por qué razón me encanta Enrique VIII, tan malo que fue el pobre; pero me gusta de todas maneras.
Besos, y es un gran gusto haberme encontrado con tan hermoso e interesante sitio.
Hola Anne Shirley!! Muchas gracias por tu visita, bienvenida a Los Líos de la Corte. Pasáte siempre cuando desees, es una alegría recibirte.
Besos,
Lady Caroline
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