En breve se avisó a la joven Ana Bolena que su prometido pensaba desposarse con Mary Talbot, hija del conde de Shrewsbury. Se decidió que Lord Percy se fuera de la corte para contraer matrimonio y que no volveriera nunca más a verse con su amada. El joven no tuvo más remedio que obedecer a su padre, y los esponsales se celebraron a comienzos de 1524.
Aquello fue un verdadero impacto para Ana, se sintió herida profundamente. Todos sus amigos sabían que ella se había entregado en cuerpo y alma a aquel galante caballero, que algún día sería el noble más poderosos del norte de Inglaterra y que ahora se le ordenaba a ella que abandonase la corte y se marchara a vivir con su padre una temporada.
Cualquier otra muchacha, atemorizada por la actitud de sus mayores, hubiese obedecido humildemente la orden sin rechistar, pero Ana poseía una personalidad fuerte y apasionada, y aquel desprecio la llenó de ira. Su amor se había partido en mil pedazos. Su orgullo herido. Su nombre puesto en evidencia. Ella creía que era Wolsey en vez de Enrique VIII quién había roto su romance. Ana aguardaría pacientemente hasta el día que pudiera venganse del cardenal por su interferencia
Su prometido fue menospreciado por Wolsey delante de numerosos testigos, todo aquello había repercutido dolorosamente en su sensibilidad, y en aquel momento dejó de ser niña para convertise en una mujer endurecida por la lucha y dispuesta a no olvidar jamás el sacrificio que la vida le había exigido, ni la desventaja que suponía tener por padre a un simple caballero, ni la la dominante fuerza de los mandatos del cardenal.
Ana pasó meses y meses en el castillo de Hever, intentando disminuir la ira que la atormentaba constantemente. Ella había entregado su corazón a un hombre que disponía casarse con otra mujer. Aquel sublime amor que sentía se había convertido en un amargo desdén; pero tanto como ella sufría su amado.
Se cuenta que aquel joven vivaracho y alegre, se había transformado en un hombre enfermo y aburrido. Con la muerte de su padre en 1527, Henry heredó una gran fortuna, convirtiéndose en el sexto conde de Northumberland, pero a su vez en el caballero más desgraciado de la faz tierra. El matrimonio de lord Percy con Lady Mary Talbot fue probablemente infeliz; según su esposa, su marido le dijo en 1532 que había un precontrato con Ana Bolena (lo que hubiese invalidado su propio matrimonio).
Esos tiempos turbulentos era muy diferentes de la época tranquila de comienzos de la segunda década del siglo XVI; el coqueteo con una bonita dama, acompañado tal vez de una promesa de matrimonio, se había transformado en algo más serio y que podía tener consecuencias bastante más alarmantes. Debemos perdonar a Percy por sus infames palabras bajo coacción, como muy probablemente lo fue.
El triste matrimonio de Henry Percy con Lady Mary Talbot no dejó descendencia. Percy moriría un año después de la ejecución de su querida Ana. Parte de sus posesiones fueron a parar a las manos de la corona, dejando a su viuda con una renta bastante reducida. En sus diez años como duque derrochó su herencia, gastándola con sus amigos y transfiriendo sus propiedades a otros individuos. Finalmente su legado lo heredó su sobrino Thomas Percy.
¿Hasta donde llegó en realidad el romance de Henry Percy y Ana Bolena?
En cuanto al tema de los precontratos, la apropiada consumación sexual significaba que un precontrato, o un compromiso formal, adquiría la validez plena de un matrimonio. Por otro lado, los besos apasionados, que llevaban a abrazos aún más apasionados, que conducían a lo que ahora se denomina juego previo y que cesaban ahí, no equivalían a un matrimonio. La virginidad técnica tenía suma importancia en aquella época. Dada la proximidad de los hombres y mujeres en la corte, que no eran supervisionados o protegidos como lo había sido una princesa real como Catalina de Aragón, realmente era difícil de afirmar con total certeza ciertos hechos. Al menos que un embarazo pusiera en evidencia la cuestión, era imposible asegurarse en un tema tan íntimo y personal.
Ana Bolena no quedó embarazada de lord Percy y posiblemente no consumó su relación. Sin embargo, es probable que avanzara mucho hacia la consumación y sin lugar a duda existió algun tipo de compromiso de matrimonio, ya que estuvo repleto de promesas y ilusiones de un futuro en común.
Bibliografía:
Fraser, Antonia: Las seis esposas de Enrique VIII, Ediciones Web, Barcelona, 2007
Hackett, Francis: Enrique VIII y sus seis mujeres, Editorial Juventud S.A., Barcelona, 1975.
Warnicke, Retha M.: The rise and fall of Anne Boleyn: family politics at court of Henry VIII, Canto, Cambrige University Press, 1996.
http://periodmovies.blogspot.com/2008/04/anne-of-thousand-days-1969.html , fotos de la película "Ana de los mil días" (1969).