Después de la muerte de su marido en la cual estuvo bastante implicada, Jane se fue de la corte por un buen tiempo. Lady Rochford era ahora una viuda que tenía que luchar contra su suegro,Thomas Bolena, para recibir la herencia que le correspondía. El primer indicio que tenemos sobre su carácter es una carta que escribió a Thomas Cromwell pidiendo ayuda para conseguir la pensión que le pertenecía por derecho propio. Su petición tuvo éxito y Thomas Bolena fue obligado a darle una paga de 100 libras al año.
Firma de Jane Bolena(nacida Parker), firmando "Jane Rochford". De la carta escrita por ella a Thomas Cromwell.
A partir de entonces, Jane regresó a la corte y fue nombrada nuevamente dama de compañía de la reina Jane Seymour. Su posición no era tan ilustre como en el reinado de su cuñada Ana Bolena, y a pesar de descender de rango, para ella era una satisfacción volver a hacer parte de la intrigante y maquinadora corte de Enrique VIII. Había servido a dos soberanas con anterioridad y velar por sus señoras era la tarea que mejor se le daba, no concebía su vida fuera de los entresijos de un palacio. Permanecería al lado de la tercera esposa del monarca hasta su triste muerte, víctima de la fiebre puérperal. Lady Rochford fue una de las damas del séquito de Lady María Tudor en el funeral de Jane Seymour el 12 de noviembre de 1537.
Posteriormente, Lady Jane fue dama de honor de Ana de Cleves durante su breve reinado, y además una figura clave (entre otras personas) que sirvió de ayuda para anular el matrimonio del soberano con su cuarta consorte. Junto con la Condesa de Rutland y Lady Edgecombe, fue ella quién descubrió la falta de conocimiento de Ana a respecto de la vida marital. La reina Ana dijo en una ocasión: "Cuando el rey viene a la cama me besa y me toma de la mano y me dice "buenas noches querida" y de mañana me besa y me dice "adiós querida". ¿No es eso suficiente?, inquirió ella con inocencia. Las damas de la reina procedieron a informar sobre lo ocurrido; y en julio de 1540, Lady Rochford entre otros testificarian este incidente como prueba de que el matrimonio jamás se había consumado. Esto permitió que el rey anulara su boda con Ana de Cleves y se casara con su amante adolescente, Catalina Howard.
Jane mantuvo su puesto como dama de compañía de la nueva reina y ejerció cierta influencia sobre ella, convirtiéndose en una de sus favoritas. Cuando la jovencísima soberana empezó a aburrirse con su viejo y obeso marido, fue Lady Rochford quien ayudó a organizar los encuentros secretos entre la reina Catalina y el apuesto cortesano Thomas Culpeper. Mientras la corte se transladaba de un lado a otro, ella intentaba buscar los lugares más propicios donde los amantes podían reunirse sin levantar sospechas.
El
affair entre Catalina y Thomas empezó alrededor de la primavera de 1541, probablemente después que Enrique VIII enfermara en marzo. Lady Rochford no escatimaba esfuerzos en ayudar a su señora ver cumplidos todos sus deseos.
La carta que la reina envió a Culpeper es una prueba que Jane estaba muy involucrada en los acontencimientos. No sabemos hasta que punto Catalina cometió adulterio con su caballero, hay dudas si se consumó plenamente la unión, aunque es cierto que estos encuentros se daban a altas horas de la noche y en sitios clandestinos.
En noviembre de 1541, finalmente estalló la tormenta y el pasado sentimental de Catalina Howard salió a la luz. Aunque Enrique inicialmente creía en la inocencia de su joven esposa, de momento no la acusaron de adulterio, el rey ordenó que su consorte fuera recluida junto a Jane Bolena (por entonces todavía no era sospechosa) hasta que el asunto se aclarara debidamente. Posteriormente, Lady Rochford fue enviada a la Torre y la reina a la antigua Abadía de Syon, sobre la basis de que ella sabía más del asunto de lo que suspuestamente había divulgado. Cuando acusaciones de traición se confirmaron, Jane se describió a sí misma como una inocente que había permanecido en el otro extremo de la habitación donde la reina se encontraba con Culpeper, sin saber lo que estaba sucediendo.
Catalina, por su parte, dió una visión de los hechos muy distinta, la de una mujer, como Eva, que persistentemente la había tentado con seductoras ideas de coquetería. También Culpeper aseguró que Lady Rochford lo había "provocado" para que iniciara una relación secreta con la reina. "Pequeño tonto", se supone que dijo Jane afectuosamente de Culpeper cuando él (según Catalina) se negó a terminar su encuentros, "vos (Catalina) dejad que los hombres os miren, porque os mirarán". Además, Thomas la culpó por "haberle incitado a amar a la reina". A juzgar por el pasado sentimental de Catalina Howard (sus relaciones prematrimoniales con Henry Manox y Francis Dereham en la mansión de su abuela en Norfolk) y el encanto de Don Juan de Thomas Culpeper, es imposible que alguno de ellos necesitara ser persuadido por Jane a la hora de comenzar el romance. Pero no cabe duda que Jane Rochford, la reina Catalina y Culpeper, de diferentes formas, estaban todos involucrados en un terrible lío que ninguno de ellos debío haber imaginado siquiera por un instante.
Mientras duró su arresto en la Torre, Jane fue interrogada durante varios meses, pero como pertenecía a la nobleza no la torturaron. Bajo presión psicológica, sin embargo, parece ser que sufrió una crisis nerviosa y a principios de 1542 fue declarada loca. Su condición de demente imposibilitaba ser juzgada por su participación en el adulterio de la reina, no obstante, Enrique VIII estaba determinado en darle un castigo y para ello otorgó una ley que permitía la ejecución de los enfermos mentales. Jane fue condenada a muerte por la Ley de Proscripción (The Act of Attainder) es decir, sin juício y la fecha de ejecución se fijó para el 13 de febrero de 1542, el mismo día que Catalina Howard.
Catalina, en el momento su ajusticiamento, estaba "tan débil que casi no podía hablar", sin embargo no estaba histérica. Según el relato de un español, confesó su dolor por la muerte de Culpeper y que sentía mucho que cayera en desgracia por su causa. Al final gritó: "Muero siendo reina; pero hubiera preferido morir siendo esposa de Culpeper. Catalina Howard fue ejecutada entonces, limpiamente, sobre el mismo cadalso y en el mismo lugar que su prima Ana Bolena menos de seis años antes.
Jane, que había estado en el cadalso asistiendo la muerte de la joven, y a pesar de su colapso nervioso que sufría los últimos cinco meses, estaba calma y seria en aquel momento. Le llegó entonces su turno. A diferencia de la reina, que no tembló , ella pronunció "un largo discurso" sobre sus faltas. Según Otwell Johnson, que presenció la ejecución de las dos damas, ambas "tuvieron el final más piadoso y cristiano".Habían expresado "su viva fe en la sangre de Cristo solamente" de modo que él creía que sus almas estaban ahora con Dios. "Con palabras buenas y semblantes serios, desearon que toda la gente cristiana tomara nota de su digno y justo castigo con la muerte". Tal condena había sido merecida por sus ofensas contra Dios, y "también muy peligrosamente contra la Majestad del rey". Tanto Catalina como Lady Rochford terminaron implorando sinceramente por la preservación de Enrique VIII. Según Marillac, embajador de Francia, debido la la debilidad de la reina es probable que la mayor parte del discurso lo haya tomado Johnson de Jane antes que de Catalina, aunque la intención de la reina era lógicamente la misma.
Lady Rochford fue ejecutada sobre un patíbulo aún húmedo y resbaladizo por la sangre de su señora. Ambos cuerpos, el de Catalina y Jane, fueron llevados como el de Ana Bolena a la cercana capilla de St. Peter ad Vincula, donde fueron enterrados. No sabemos si ella pidió perdón por las calumnias profesadas contra su marido y cuñada, no se conserva ningún relato que nos pueda asegurar si realmente lo hizo. Aunque hay fuentes que afirman que se arrepintió por ese sordido delito.
¿Por qué será que Jane se involucró en el romance de la reina, después de lo que había sucedido con Ana Bolena? La historiadora Julia Fox afirma en su biografía dedicada a Jane Bolena, que ella no podía negarse a las peticiones de Catalina y si se lo hubiera contado todo al rey, probablemente lo la hubiera creido. Pero Jane tenía otras opciones, podrían haberse retirado de la corte y no ser participe del asunto. ¿Era ambición? A lo mejor se sentía orgullosa de que la reina pensara en ella como intermediadora en su relación adultera. La unica ocupación de Jane era ser una dama de compañía, era lo que le habían enseñado desde su adolescencia. La vida en el campo, lejos de un palacio carecía de sentido para ella. Como no se conservan cartas suyas y existen pocas descripciones sobre su figura, es imposible saber lo que realmente pensaba sobre Ana Bolena, su marido o cualquier acontecimiento de la época. Nunca conoceremos la verdadera personalidad de Jane Bolena. Esta dama silenciosa se dedicaba a observar y nunca revelar nada, o sea fue una perfecta cortesana.
Bibliografía:
Fraser, Antonia: Las seis esposas de Enrique VIII, Ediciones Web, Barcelona, 2007.
en.wikipedia.org/wiki/Jane_Boleyn,_Viscountess_Rochford
www.geocities.com/boleynfamily/george/jane.html
scandalouswoman.blogspot.com/2008/09/woman-in-shadows-life-of-jane-boleyn.html
Fotos de la película "Las Hermanas Bolena" (2008)