Felipe de Habsburgo y Juana de Trastámara aprox. 1498. Museo d´Art Ancien, Bruselas
Cabrán dudas sobre la inestabilidad mental de Juana no las hay sobre su forteleza física, muy por encima de la media en su tiempo, en cuanto a las esperanzas de vida y frente a los fuertes riesgos que amenazaban entonces a la mujer, a la hora del parto. Su primer alumbramiento fue muy feliz, el segundo fue verdaderamente asombroso. El 24 de febrero de 1500, Juana se hallaba en una fiesta palaciega en el Castillo de Gante, de repente la archiduquesa se encontró de pronto acosada por los dolores propios de una parturienta y apenas le dió tiempo a retirarse de la fiesta, dando a luz sin mayores esfuerzos a su segundo hijo: el futuro emperador Carlos V y I de España. Se cuenta que el niño nació en los lavabos del palacio y que ella mismo le cortó el cordón umbilical. Al año siguiente, el 18 de julio de 1501, en Bruselas, nació su tercera hija, llamada Isabel en honor a su abuela materna, Isabel la Católica.
Muertos sus hermanos Juan (1497) e Isabel (1498), así como el hijo de ésta, el infante portugués Miguel (1500), Juana se convirtió en heredera de Castilla y Aragón, siendo jurada junto a su esposo por las cortes en Toledo el 22 de mayo de 1502. En este momento Juana aporta a su matrimonio algo mucho más sustancioso que una simple suma de escudos de oro. Ahora es la heredera de los reinos de España y está en condiciones de convertir a su marido en uno de los más poderosos hombres de su tiempo. Después de tan ilustre nombramiento, la conducta de Felipe el Hermoso hacía ella fue menos hostil, al menos durante algún tiempo.
Cuando en 1503 su marido, Felipe, se marchó a Flandes a resolver unos asuntos, parece ser que se agravó su estado mental. Por primera vez en su matrimonio, Juana se vió apartada por un plazo largo de su esposo.Decidió entonces partir a Castilla junto a sus padres, especialmente por petición de su madre, preocupada por su estado de salud, pues estaba encinta por cuarta vez. En Bruselas se quedaron sus tres hijos mayores. El 10 de marzo de 1503, en la ciudad de Alcalá de Henares, cerca a Madrid, dio a luz un hijo, al que se llamó Fernando en honor a su abuelo materno, Fernando el Católico.
A partir del nacimiento de Fernando clamó por su regreso a los Países Bajos, en busca de Felipe, y sin duda, pensando también en los tres hijos que allí había dejado: Leonor, Carlos y Isabel. Y ante las largas de sus padres, que trataban de mantenerla a su lado en España, entró en una de sus fases más depresivas. Juana tuvo varios arrebatos de rebeldía que disgustaron profundamente a Isabel, la Católica. Sólo parecía importarle su marido.
Finalmente la archiduquesa consiguió lo que tanto deseaba, regresar junto a su amado. En la primavera de 1504, Juana embarca otra vez en Laredo, para ir al encuentro de Felipe y de sus tres hijos, dejando con los abuelos maternos al otro hijo, a Fernando.Al volver a la Corte Borgoñona, Juana tendría que enfrentarse nuevamente a las infidelidades de su esposo. Tal hecho la arrojaría otra vez a la inestabilidad emocional debido a sus enfermizos celos.
Quién pago los platos rotos de aquellas desavenencias conyugales fue la dama favorecida por Felipe el Hermoso, porque Juana de Castilla, perdido el control de sus actos, la atacó violentamente. Hubo insultos, hubo golpes e incluso una agresión tijera en mano, con el resultado de la cara desfigurada. A su vez, Juana sería maltratada por su marido, furioso ante la conducta de su esposa.
Bibliografía:
Bibliografía:
Fernández Álvarez, Manuel: Juana la Loca, La Cautiva de Tordesillas, Espasa-Calpe, Madrid, 2001.
http://www.cervantesvirtual.com/historia/monarquia/juana.shtml
http://es.wikipedia.org/wiki/Juana_I_de_Castilla
http://www.cervantesvirtual.com/historia/monarquia/juana.shtml
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