Introducción al discurso:
Juana de Castilla y el movimiento Comunero
La Guerra
de las Comunidades de Castilla fue el levantamiento armado de los
denominados comuneros acaecido en la Corona de Castilla desde
el año 1520 hasta 1522 es decir, a comienzos del reinado
de Carlos I Las ciudades protagonistas fueron las del interior
castellano, situándose a la cabeza de las mismas las de Toledo y
Valladolid.
El levantamiento se produjo en una situación de
inestabilidad política en la corona de Castilla que se arrastraba desde la muerte de Isabel la Católica
(1504). En octubre de 1517, el rey Carlos I llegó
a Asturias proveniente de Flandes, donde se había autoproclamado
rey de sus posesiones hispánicas en 1516. A las Cortes de Valladolid
de 1518 llegó sin saber hablar apenas castellano y trayendo
consigo un gran número de nobles y clérigos flamencos como Corte, lo que
produjo recelos entre las élites sociales castellanas, que sintieron que su
advenimiento les acarrearía una pérdida de poder y estatus social, por lo tanto
demostraban un claro rechazo a la politica de Carlos V.
Por otro lado, el emperador temía perder el
poder ya que realmente la reina propietaria era su madre, Juana de Castilla,
razón por la cual él había querido entronizarse nada mas morir su abuelo,
Fernando el Católico, y se había empeñado en ser reconocido monarca a cualquier
precio. La realidad era muy clara: Carlos solamente era rey mientras su madre
fuese incapaz de gobernar.
Juana estaba colocada en un enclave
estratégico, Tordesillas, acusada de estar fuera de si, victima de una
incipiente locura que la impedía ejercer sus funciones. Pero si Juana recobraba
la razón y tomaba partido de los rebeldes podría desatar una guerra civil por
el poder entre la nobleza castellana y los partidarios del Carlos.
El 24 de Septiembre de 1520, Doña Juana mantuvo
una larga conversación que quedó registrada por tres escribanos con el Doctor
Zúñiga, catedrático de Salamanca, en la que informaron de la muerte de su padre
y de "los grandes males" que habrían sobrevenido después (resulta
increíble que Juana no supiera de la muerte de su padre, acaecida en 1516,
supongo que no lo hicieron para evitarle disgustos). Los comuneros se mostraron
exultantes por el interés que podría tener Doña Juana. Dijo que estaba dolida
por no haberle notificado de la muerte de su padre. Estaban allí los
procuradores de las doce ciudades implicadas en el alzamiento comuneros:
Burgos, León, Valladolid, Soria, Segovia, Avila, Salamanca, Toro, Madrid,
Toledo, Guadalajara y Cuenca.
Zúñiga lo proclama desde un principio: Juana
era la única soberana, la reina propietaria de Castilla, pero una soberana
apartada de sus funciones regias. Trato de hacerle saber que "ella ya era
libre". Ya podía ordenar, gobernar su reino, que todos la obedecerían.
Ante esa demostración de apoyo incondicional de parte de sus súbditos, Juana
tomó la palabra. Lo primero que quiso aclarar fue su ineficacia. Y curiosamente
apenas mencionó la muerte de su amado Felipe el Hermoso. En cambio, las
referencias fueron constantes a su progenitor, Fernando el Católico.
24 de Septiembre de 1520
"Ya, después que Dios quiso llevar para sí a la Reina Católica, mi señora, siempre obedecí y acaté al Rey, mi señor, mi padre, por ser mi padre y marido de la Reina, mi señora; y ya estaba bien descuidada con él, porque no hubiera ninguno que se atreviera a hacer cosas mal hechas. Y después que he sabido cómo Dios le quiso llevar para sí, lo ha sentido mucho, y no lo quisiera haber sabido, y quisiera que fuera vivo, y que allí donde está viviese; porque su vida era más necesaria que la mía. Y pues ya lo había de saber, quisiera haberlo sabido antes, para remediar todo lo que en mí fuere posible.
Yo tengo mucho amor a todas las gentes y pesaríame mucho de cualquier daño o mal que hayan recibido. Y porque siempre he tenido malas compañías y me han dicho falsedades y mentiras y me han traído en dobladuras, e yo quisiera estar en parte en donde pudiera entender en las cosas que en mí fuesen, pero como el Rey, mi señor, me puso aquí, no sé si a causa de aquella que entró en lugar de la Reina, mi señora, o por otras consideraciones que S.A. sabría, no he podido más. Y cuando yo supe de los extranjeros que entraron y estaban en Castilla, pesóme mucho dello, y pensé que venían a entender en algunas cosas que cumplían a mis hijos, y no fue así. Y maravíllome mucho de vosotros no haber tomado venganza de los que habían fecho mal, pues quienquiera lo pudiera, porque de todos lo bueno me place, y de lo malo me pesa. Si yo no me puse en ello fue porque ni allá ni acá no hiciesen mal a mis hijos, y no puedo creer que son idos. Y mirad si hay algunos dellos, aunque creo que ninguno se atreverá a hacer mal, siendo yo segunda o tercera propietaria y señora, y aun por esto no había de ser tratada así, pues bastaba ser hija de Rey y de Reina. Y mucho me huelgo con vosotros, porque entendáis en remediar las cosas mal hechas, y si no lo hiciéredes, cargue sobre vuestras conciencias. Yo así os las encargo sobrello. Y en lo que en mí fuere, yo entenderé en ello, así como en otros lugares donde fuere. Y si yo no pudiere entender en ello, será porque tengo que hacer algún día en sosegar mi corazón y esforzarme de la muerte del Rey, mi señor; y mientras yo tenga disposición para ello, entenderé en ello. Y porque no vengan aquí todos juntos, nombrad entre vosotros de los que estaís aquí, cuatro de los más sabios para esto que hablen conmigo, para entender en todo lo que conviene, y yo los oiré y hablaré con ellos, y entenderé en ello, cada vez que sea necesario, y haré todo lo que pudiere."
Notas aclaratorias:
1) Se vislumbra una acusación contra su padre por haberla encerrado en Tordesillas, aunque Juana creía que la conducta de Fernando el Católico derivaba de la mala influencia de su madrastra, Germana de Foix.
...como el Rey, mi señor, me puso aquí, no sé si a causa de aquella que entró en lugar de la Reina, mi señora...
2) Cabe destacar que si leemos el texto entre líneas, es posible hallar una pequeña alusión a Felipe el Hermoso:
...tengo que hacer algún día en sosegar mi corazón y esforzarme de la muerte del Rey, mi señor...
3) Luego su pesar por no haber actuado, después de la muerte de su padre, como correspondía a una verdadera reina. Lamenta que nadie la hubiera avisado:
...quisiera haberlo sabido antes, para remediar todo lo que en mí fuere...
4) También reprocha las malas compañias que siempre la rodearon:
...siempre he tenido malas compañías y me han dicho falsedades y mentiras y me han traído en dobladuras...
5) El tema de su hijos es de los mas impactante y revelador. Se ve una madre que se preocupaba por en bienestar de sus retoños, que sufria dia y noche por verse privada de su compañía. Tenia miedo que les hicieran daño, en particular los flamencos, no fuesen a pagarlo aquellas criaturas que estaban a la merced de sus enemigos, en los Países Bajos o en la propia Castilla:
...Si yo no me puse en ello fue porque ni allá ni acá no hiciesen mal a mis hijos...
¿Estarian amenazando a Juana? Son solo conjeturas, pero no hay que descartar esa posibilidad.
Bibliografía:
Aram, Bethany: La reina Juana: gobierno, piedad y dinastía, Marcial Pons, 2001.
Fernández Álvarez, Manuel: Juana la loca, La Cautiva de Tordesillas, Espasa-Calpe, Madrid, 2001.
Zalama, Miguel Á. Juana I. Arte, poder y cultura en torno a una reina que no gobernó. Centro de Estudios Europa Hispánica, 2010.