martes, 21 de octubre de 2014

Catherine Howard, "No other will but his" (Novena Parte)

                                          Bryony Roberts como Catherine Howard  (2010)


26) Un buen comienzo

Como ya hemos comentado en el capítulo 3, según el historiador David Starkey, Catherine poseía mucha iniciativa y cualidades de liderazgo. Starkey menciona el hecho de que la reina fuera rápida en forzar una buena relación con el arzobispo Thomas Cranmer, mostrándole su inteligencia. Fue muy gentil con su predecesora, Anne de Cleves, cuando ésta hizo una visita a la corte y fue amable, cariñosa y bondadosa con ella. Puede que no tuviera la astucia o la inquebrantable fe de las anteriores consortes de Enrique VIII , pero parece ser que fue una chica agradable que logró ser leal a los que se criaron a su lado y fueron sus amigos. Además, Starkey vuelve a resaltar que no fue una mártir aunque tampoco una persona cruel y que varios rasgos de su carácter merecen ser admirados. En vez de considerarla un fracaso como reina, Starkey cree que la joven Howard en realidad tuvo un buen comienzo en su papel de consorte y alega que fue astuta en combinar el carácter sumiso de Jane Seymour con el estilo de Ana Bolena. 

27) Una belleza moderada

Un mes después de sus esponsales, Enrique y Catherine partieron rumbo al habitual viaje de verano. En Ampthill, en septiembre de 1540, Marillac, el embajador francés, vio a la nueva reina por primera vez. La describió como pequeña, delgada y únicamente poseedora de una belleza moderada. Según su relato, ella y sus damas estaban ataviadas a la moda francesa y el rey como ya se ha mencionado en varios artículos de esta saga, la acariciaba en público como jamás lo había hecho con sus anteriores esposas. Por otro lado, contrario a la percepción de Marillac, William Thomas, un cortesano de los de inferior posición en 1540, la consideraba "una dama muy bella". Como es sabido, la belleza es algo subjetivo y a gustos colores. Ya en octubre de 1540, Marillac escribió al reino francés que había pocas novedades: Enrique y su corte iban de caza, y Catherine estaba disfrutando de los banquetes que se celebraban en su honor. Después, Marillac expuso que la joven Howard en su opinión había cautivado completamente al rey y que Anne de Cleves dejó de ser mencionada como si ya estuviese muerta.



Lynne Frederick  como Catherine Howard en la película "Henry VIII and His Six Wives" de 1972.

28) Amor por la moda

En la Chronicle of King Henry VIII of England (Chronica del Rey Enrico Octtavo de Inglaterra), más conocida como The Spanish Chronicle (la Crónica Española) probablemente escrita antes de 1552 por el mercader español residente en Londres Antonio de Guaras, nacido en Tarazona, provincia de Zaragoza, considerada por los historiadores como llena de inexactitudes y con tendencia al sensacionalismo, es a pesar de sus supuestos errores una fuente que nos proporciona un visión interesante sobre el amor de Catherine Howard por la moda y sugiere que su amor por la misma era conocida más allá de los confines de la corte. El autor de la crónica nos cuenta que: "El rey no tuvo ninguna esposa que le hiciera gastar tanto dinero en vestidos y joyas como ella, quien cada día tenía un nuevo capricho". 

Como hemos constatado, a Catherine le encantaba arreglarse con los mejores tejidos y las joyas más deslumbrantes, sin embargo también estaba dispuesta a compartir su amor por la moda con otros. Si nos adentramos en su historia nos damos cuenta que era una chica de buen corazón que quería que sus allegados amasen la moda de la misma manera que ella lo hacía. La joven reina otorgó a sus dos hijastras, Mary de veintiún años y Elizabeth de siete, joyas como prueba de su afecto que incluían un pomo perfumado adornado con oro, rubíes y perlas. Hasta la propia Anne de Cleves, la anterior reina, recibió de parte de la joven una anillo de regalo. Incluso sus damas Lady Carew, Lady Rutland, Lady Surrey y Lady Margaret Douglas fueron obsequiadas con abalorios.


Continuará... 


Bibliografía:

Byrne, Conor: Katherine Howard: A New History, MadeGlobal Publishing, Kindle Edition, 2014.

Ridgway, Claire: The Anne Boleyn Collection: The Real Truth About the Tudors, CreateSpace Independent Publishing Platform, Kindle Edition, 2012.

Warnicke, Retha M.: Wicked Women of Tudor England (Queenship and Power)Palgrave Macmillan, Kindle Edition, 2012. 

jueves, 2 de octubre de 2014

Catherine Howard, "No other will but his" (Octava Parte)


Angela Pleasence y Keith Michell interpretaron  a Catherine Howard y Enrique VIII en la serie de la BBC "Las seis esposas de Enrique VIII" (1970)

24) Una buena esposa


Siempre se ha dado por hecho que durante su reinado la joven Howard fue una adolescente que le encantaba la fiesta y se entregaba a los placeres propios de una niña caprichosa y egoísta. No obstante,  hay muestras que corroboran que puede que no haya sido así, pues en base a evidencias se vislumbra en ella un carácter sensible y cálido hacía sus semejantes. Poco a poco en esta serie de artículos iremos dándolos a conocer. Como reina, Catherine supo como cumplir los tradicionales deberes y obligaciones que correspondían a su posición como soberana, actuando en su deber como mediadora - intercesora, mecenas y esposa. Mientras tanto, en consecuencia de su subida al trono, la influencia de su familia se hacia patente en la corte y los que la apoyaron se vieron recompensados. 

 Según Conor Byrne, autor de la nueva biografía de Catherine, Katherine Howard, A New History, Catherine aparentemente tomó en serio sus obligaciones y se convirtió en una buena esposa para su rey, pero por desgracia, en la etapa final de su reinado, fue víctima de las creencias sociales y culturales de su tiempo que se mostraban hostiles a la sexualidad femenina, además del miedo al poder que pudieran sostener las mujeres, los prejuicios de índole religiosa y el recelo que suscitaba la influencia política ostentada por el clan Howard. 

 Su rol como mecenas fue más que demostrado en el invierno de 1540, cuando Richard Jones dedicó su tratado The Birth of Mankind, a Study of Childbirth "to our most gracious and virtuous Queen Catherine" ( El Nacimiento de la Humanidad, un Estudio sobre el Parto  a nuestra amable y virtuosa reina Catherine). Otras muestras de su carácter se pueden vislumbrar en la primavera de 1541 donde hay evidencias que sugieren un intento de actuar como la típica reina consorte en actos de intervención. Sus acciones nos hacen ver un comportamiento basado en los cánones tradicionales pues seguían los mandamientos de los hombres de la iglesia que dictaban que el deber de una reina consorte era interceder a través del rey a favor de los pobres y oprimidos. 

Una prueba de ello fue cuando la joven Howard se citó con su sastre el 1 de marzo de 1541 y le ordenó que enviase prendas de vestir a Margaret Pole, condesa de Salisbury, que entonces era prisionera en la Torres de Londres por cometer traición contra la corona. La condesa recibió de parte de Catherine un camisón de piel, un manto de estambre, una enagua de piel, un camisón de raso y lino, una toca con su tela a juego, cuatro pares de medias, cuatro pares de zapatos y un par de zapatillas. Desgraciadamente, la noble señora de 68 años de edad fue decapitada en mayo de 1541, pero asimismo se intenta pensar que dichos obsequios regalados por Catherine la hayan reconfortado durante aquel breve periodo de  tiempo previo a su muerte.

 No se sabe a ciencia cierta si fue la misma reina que pidió personalmente a su sastre que mandase esos atuendos a la condesa o si el encargo se hizo bajo las órdenes de otros. Si fue ella misma la que tomó la iniciativa de actuar así es probable que requiriese el permiso directo de Enrique VIII ya que los miembros de la familia de la Pole habían sido arrestados y ejecutados unos años antes por estar involucrados en la Conspiración de Exeter. Tres semanas después, Catherine pidió el perdón para el renombrado poeta de la corte Sir Thomas Wyatt, quien también estaba aprisionado en la Torre. Su absolución se logró  gracias a la petición de la reina. Además, Sir John Wallop, acusado también de traición, fue al mismo tiempo perdonado gracias a la mediación de la nueva soberana. 



Margaret de la Pole, condesa de Salisbury, por artista desconocido, aproximadamente 1535, National Portrait Gallery de Londres.


25) La vida marital

No se sabe con seguridad cuanto tiempo Enrique y Catherine pasaban juntos. En diciembre de 1540, según el embajador francés Marillac, quien por cierto no incluyó a Catherine en los  horarios de los quehaceres diarios del rey, el monarca se levantaba entre las 5:00 y las 6:00 a.m., escuchaba misa a las 07:00 a.m. y después se iba a cabalgar y a cazar hasta el almuerzo de las 10:00 a.m. Hacia sus comidas, con excepción durante las celebraciones especiales, en su cámara privada. Después de comer, supuestamente se dedicaba a sus tareas oficiales. En algún momento de la tarde, es posible que pasase algunos momentos con Catherine, aunque la educación de la joven Howard no la había preparado para mantener acalorados debates religiosos con su rey, tal y como solía hacerlo cuando estaba en compañía de Ana Bolena. La propia Catherine llegó a explicar que el monarca rutinariamente enviaba a Sir Thomas Heneage, gentilhombre del excusado y jefe de la cámara privada, con un mensaje para ella alrededor de las 06:00 p.m.. 

Puesto que los monarcas dormían en su propios aposentos, Enrique no habría pasado noches enteras en compañía de su esposa. La frecuencia con la que el rey y Catherine mantenían relaciones  podría haber dependido en parte a las restricciones impuestas por la iglesia, que prohibía el coito cuando una mujer tenía la menstruación y especialmente en días considerados sagrados: viernes y domingo, que en su mayoría eran días de Santos, y la Cuaresma y el Advenimiento de Cristo.  Aparentemente, no todas las parejas cumplían dichas normas, aunque personas como Enrique VIII que deseaba a toda costa engendrar niños varones puede que las llevase a rajatabla. En la mentalidad de la época estaba arraigado que un embarazo requería intervención divina y no era cuestión echarlo todo a perder por un breve momento de intimidad.




Lynne Frederick y Keith Michell interpretaron a Catherine Howard y Enrique VIII en la película "Henry VIII and His Six Wives" de 1972.


Continuará...


Bibliografía:

Byrne, Conor: Katherine Howard: A New History, MadeGlobal Publishing, Kindle Edition, 2014.

Warnicke, Retha M.: Wicked Women of Tudor England (Queenship and Power), Palgrave Macmillan, Kindle Edition, 2012. 

http://www.bbc.co.uk/arts/yourpaintings/paintings/unknown-woman-formerly-known-as-margaret-pole-countess-of-salis