jueves, 13 de noviembre de 2014

Catherine Howard, "No other will but his" (Parte 11)

Lynne Frederick  como Catherine Howard en la película "Henry VIII and His Six Wives" de 1972.


30) Disputa con María Tudor

En el invierno de 1540-41, en una misiva escrita por el embajador imperial Chapuys a María, reina de Hungría y regente de los Países Bajos, se hacía mención de una disputa relativa a los sirvientes de María Tudor. Cuando la hija de Catalina de Aragón se enteró que la corona estaba intentando quitarle a dos de sus doncellas, María debió de preguntar a Chapuys para que averiguase el porqué de aquella decisión. El diplomático escuchó que la nueva reina estaba ofendida debido a que María la había tratado con menos respeto que sus predecesoras y por ello se había iniciado el proceso de destitución de sus dos doncellas. Si Chapuys tenía razón sobre la implicación de Catherine Howard en aquel conflicto continua siendo un misterio pues el embajador acostumbraba citar rumores no demostrados como hechos.



Sarah Bolger como María Tudor en la serie The Tudors (Showtime, escena cuarta temporada, 2010)


Sin embargo, en dos de sus cartas enviadas también a la regente de los Países Bajos, fechadas en enero de 1541, supuestamente contradicen la información proporcionada en la correspondencia de diciembre. En enero, Chapuys reveló que María aún no había visitado a Catherine, aunque sí le había enviado a su madrastra un regalo de Año Nuevo que la había complacido enormemente. Aparentemente la ofensa de María podría únicamente haberse debido a la falta de atención de ella hacía la nueva consorte de su padre, pero mas bien era que sin una orden de comparecencia real no se le estaba autorizado acudir a la corte. En febrero, Chapuys relató que la hija de Catalina de Aragón se encontraba bien a pesar de la pena que le había causado la muerte de una de sus doncellas, la cual era una de las dos que Enrique VIII había ordenado despedir. Se desconoce si dicha sirvienta era una de las dos que el embajador mencionó en su misiva de diciembre, si bien que no culpó a Catherine Howard por el incidente. 


31)  El Patrimonio de la joven Howard

El patrimonio de la reina Catherine no se acordó hasta el 12 de enero de 1541. Ella obtendría las posesiones de Jane Seymour así como las tierras de nobles caídos en desgracia pertenecientes a Henry Courtenay, primer marqués de Exeter; Lords Essex y Hungerford; y Margaret, condesa de Salisbury. Además, el hogar real de Catherine, mencionado al detalle en el capítulo anterior, le costaba al monarca alrededor de 4600 libras anuales. 

Asimismo, poseía también una barcaza real con veintiséis remeros y pleno acceso a las joyas reales. Como obsequio de Año Nuevo, Enrique VIII le confirió entre otras gemas, un collar compuesto de dieciséis diamantes y sesenta rubíes bordeado con perlas. También le regaló una cadena que contenía nada más nada menos que doscientas perlas. Dichas joyas pertenecían a la corona y se devolverían a los cofres reales cuando se quedase viuda. 

Según el historiador del XIX, Henry William Herbert, durante la primera mitad de 1541 la pareja real llevó una vida casi privada, en medio de pacífico retiro del campo y los verdes jardines que rodeaban Hampton Court y el Castillo de Windsor, una atmósfera, como se percibe, de lo más agradable. El rey estimaba cada día más a su bella y joven esposa, poseedora de una incuestionable aura de pureza y lealtad, nadie por lo tanto podría cuestionar que dicha dama no era merecedora de su amor. 


Bibliografía:

Herbert, Henry William: Memoirs of Henry the Eight of England with the Fortunes, Fates and Caracters of his Six Wives, 1856. 

Warnicke, Retha M.Wicked Women of Tudor England (Queenship and Power)Palgrave Macmillan, Kindle Edition, 2012. 

7 comentarios:

Unknown dijo...

Buenas tardes milady

El embajador Chapuys era el cotilla oficial al servicio del emperador y sus parientes. Ahora podemos enterarnos de muchos detalles importantes que si no fuese por el, se habrian perdido para siempre en la noche de los tiempos...

¡Feliz fin de semana!
Frederick

Lady Caroline dijo...

Buenas tardes Fred!

Efectivamente, gracias a Chapuys tenemos acceso a muchos relatos, algunos verdaderos y otros basados en meras habladurías. No obstante, le debemos a su pluma el privilegio de adentrarnos un poco el ambiente de intrigas y acontecimientos palaciegos que se respiraban en la corte de Enrique VIII.

Un feliz finde para ti también.

Un saludo de Lady Caroline

Unknown dijo...

Un saludo afectuoso
mi querida Lady Caroline.

Es primera vez que me encuentro este espacio y e leído algunas anécdotas que relata.
Muy interesante su espacio y espero ser un asiduo visitante de su Blog,

Leere más detenidamente y os daré una opinión más detallada después de la reina Catalina Howard

Atentamente

Lady Caroline dijo...

Buenos días Philippe,

Me complace recibir tan agradable visita. Le invito que venga a mi palacio las veces que desee.

Si tiene alguna sugerencia o pregunta sobre el período Tudor, no dude en compartirla en este espacio.

Espero en breve leer su opinión sobre Catherine Howard.


Un saludo de Lady Caroline

Diana de Méridor dijo...

Hola, madame! Hacía tiempo que no pasaba por su corte, pero es que ando algo dispersa y apenas saco tiempo para el blog, usted sabe ya la razón.

En cualquier caso, me alegra que haya decidido retomar esta obra, lo mejor que puede encontrarse en la blogosfera sobre el periodo Tudor, sin ninguna duda.

Chapuys, en efecto, ha hecho muchas veces nuestras delicias con sus cotilleos. Tan sólo debemos tener la precaución de no creer todo lo que dice, tal como usted apunta.

Feliz fin de semana

Bisous

Anónimo dijo...

Aconsejo leer la biografía de Eustace Chapuys de Lauren Mackay, en ella se despejan muchos mitos sobre este embajador como que fue el responsable de la mala fama de Anne Boleyn y que solo se refería a ella como "la concubina". Esta historiadora en su investigación demuestra que era más moderado en sus informes cuando escribía sobre Anne y que al principio se llevaba bien con Thomas y George Boleyn. Además que era escrupuloso en su trabajo y sabía diferenciar la realidad de lo que eran simples rumores, de los que también informaba a Carlos V pero advirtiéndole que no los tomara muy en serio.

Anónimo dijo...

Perdón por el doble post, había olvidado decir que otros embajadores coinciden en sus informes con algunas cosas que escribía el embajador imperial. Los historiadores simpatizantes de Anne lo ven como la bestia negra de Anne Boleyn, un liante fanático, y por lo visto no era así el hombre, era más profesional. Buen blog. Un saludo