Cuando el brote de sudores asoló Inglaterra en el verano de 1528, Enrique VIII no podía ocultar su constante inquietud por el bienestar de su estimada dama. El rey perdió a uno de sus grandes amigos, William Compton, y María Bolena a su complaciente marido, William Carey. Sólo en Londres fueron cuarenta mil personas afectadas por la enfermedad. Enrique se sintió alarmado ante la idea que Ana Bolena pudiera haberse contagiado e inmediatamente le escribió para aliviar su angustiosa intranquilidad:
Yo os suplico, amada mía, que no os asustéis ni os dejéis inquietar por nuestra ausencia. Sabéis que dondequiera que yo esté sigo siendo vuestro; pero no tenemos más remedio que someternos, a veces, a las circunstancias, y los que luchan contra el destino se ven siempre alejados del bien que desean, por lo que os ruego que hagáis los posible por hallar consuelo y valor preocupándoos lo menos posible por esta desgracia, pues espero que antes de que pase mucho tiempo podremos "chanter le renvoye".
Sin más por el momento, pues me falta tiempo, si no es para deciros que querría teneros entre mis brazos.
Entonces Enrique recibe la noticia que más temía, su querida Ana había sucumbido al "mal del sudor", aunque de una forma muy leve. Le vuelve a escribir a su enamorada:
De pronto, una noche, llegóme la noticia más terrible que es posible imaginar. Y espero veros muy pronto. Con ello recibiré la satisfacción más grande que podría ofrecerme la vida.
Yo os suplico, amada mía, que no os asustéis ni os dejéis inquietar por nuestra ausencia. Sabéis que dondequiera que yo esté sigo siendo vuestro; pero no tenemos más remedio que someternos, a veces, a las circunstancias, y los que luchan contra el destino se ven siempre alejados del bien que desean, por lo que os ruego que hagáis los posible por hallar consuelo y valor preocupándoos lo menos posible por esta desgracia, pues espero que antes de que pase mucho tiempo podremos "chanter le renvoye".
Sin más por el momento, pues me falta tiempo, si no es para deciros que querría teneros entre mis brazos.
Entonces Enrique recibe la noticia que más temía, su querida Ana había sucumbido al "mal del sudor", aunque de una forma muy leve. Le vuelve a escribir a su enamorada:
De pronto, una noche, llegóme la noticia más terrible que es posible imaginar. Y espero veros muy pronto. Con ello recibiré la satisfacción más grande que podría ofrecerme la vida.
9 comentarios:
Madame, esta carta y las circunstancias que la rodean me hacen pensar en nuestros propios dias, con eso de la gripe A. Cada epoca trae su epidemia, y por mucho que avance la ciencia no nos libramos de ella, y del panico que desata. Es comprensible la angustia de Enrique, que había perdido incluso amigos. Normal que temiera perder tambien a Ana. Pero es curioso que la enfermedad tratara peor a los hombres!
Feliz fin de semana, madame
Bisous
Es realmente hermosa la imagen de Enrique y Ana, núnca habia visto esta versión de la celebre pareja...
Personalmente creo que si Ana Bolena hubiera sabido su cruel final hubiese preferido morir del mal del sudor,digo, quien no preferiria morir por causas naturales en vez de morir a manos de un verdugo...
Gracias por la traducción de la frase y por tan maravillosa acogida...
Besos y abrazos...
Hola, soy yo de nuevo, pero esta vez es para preguntarte sobre una de la pintura que tienes en donde aparece el nombre del blog, me gusta mucho la pintura donde aparece Enrique de la mano de una bella mujer, ¿acaso es Ana o es cortesana? ¿Donde conseguiste tan maravillosa imagen?...
Besos y abrazos...
Perdonen la tardanza, es que tuve unos problemas de conexión, ahora ya esta todo solucionado!
Madame Minuet: Si que es verdad, hace recordar a la gripe A, pero claro que el sudor inglés era todavía más alarmante si tenemos en cuenta la precariedad de los avances médicos en esos tiempos.
El miedo de Enrique VIII era compreensible, una enfermedad como la fiebre de los sudores era un mal galopante que podrías morirte en cuestión de horas.No había distinción de clases, cualquiera podría sucumbir a ella. Pero podría ser que afectara más los hombres, tal y como dice Usted. Es lógico de esperar que temiera por Ana, en vistas de la pasión que desataba en él. Sin embargo, yo diría que de quién realmente se preocupaba era por el mismo, según dicen, el monarca era hipocondríaco hasta límites exagerados.
Besos Madame.
Lady Grey: Un punto de vista interesante, imaginate que eso efectivamente hubiera ocurrido, el rumbo de la historia tendría dado un giro impresionante! Ana Bolena se merecía una muerte más digna, a lo mejor hubiera sido preferible fallecer en la epidemia de sudores, pero sigo pensando que en vez de ser entregada al verdugo, podría haberla desterrado de la corte o enviado a un convento, lo último es lo que ella creía que le pasaría. Sin duda Enrique VIII era un tirano desmesurado!
Gracias a tí por pasarte.
Besos
Lady Grey: A respecto de tu pregunta, este cuadro lo encontre en esta página: http://www.military-art.com/mall/more.php?ProdID=2797
Se llama "The Meeting of Henry VIII and Anne Boleyn at Hampton Court" de Daniel Maclise (1806-1870), la verdad es que es precioso.
Gracias por facilitarme el nombre de la pintura, es realmente bella.
Si quieres ver hermosas pinturas de los Tudor, visita la página http://englishhistory.net/tudor.html,
allí podras visitar el link Tudor England: Images y ver estas maravillas, tambien encontraras el significado de los simbolos de las pinturas. Por cierto, esta pagina se encuentra señalada en una de tus entradas, en donde hablas de Ana de Cleves...
Gracias por tu ayuda...
Besos y abrazos...
Una pregunta: ¿se tiene idea de qué era exactamente la fiebre o el mal del sudor?
Un besito
Hola Carmen, Cómo estás?
Te envio un artículo sobre el tema que leí en el blog Mis Viajes por la Historia de José Luis de la Mata. Este es el enlace:
http://misviajesconhistoria.blogspot.com/2009/06/el-sudor-ingles.html
Espero que te haya servido de ayuda.
Besos
Publicar un comentario