martes, 17 de noviembre de 2009

Segunda carta de amor de Enrique VIII a Ana Bolena



Al recibir una de las apasionadas carta del rey, Ana Bolena se decidió a escribirle asegurándole que él, solo él, poseería su corazón en el momento que quedase totalmente libre. Era, a la vez que una carta de amor, una contestación al regio ultimatúm, y con el objetivo de subrayar sus palabras dándoles más expresión, envió también una prenda de su afecto.Toda las dudas que había sufrido quedaban derrotadas por la absoluta certeza de que Ana no pertenecía a Thomas Wyatt ni a ningún otro hombre y que muy pronto llegaría a ser suya. Enrique VIII explotó de júbilo en su respuesta:


"Os doy las gracias de todo corazón por un presente de tan alto valor que ninguna otra cosa podría igualarlo, no sólo por el valioso diamante y la nave en la que se mece la solitaria doncella, sino muy principalmente por el significado que encierra y la humilde sumisión que supone vuestra bondad hacia mí.

“Creo que me sería muy difícil hallar ocasión para merecerlo si no me asistiera en tal empeño vuestra bondad y favor, los que deseo obtener y preservar por todos los medios a mi alcance; tal es mi firme intención y esperanza según el lema aut illic aut nullibi.

Las demostraciones de vuestro afecto son de tal categoría, y los elevados pensamientos de vuestra carta hállanse tan cordialmente expresados, que me obligan a honraros, amaros y serviros sinceramente y para siempre, rogándoos que continuéis firme en el mismo propósito y asegurándoos que, por lo que a mí incumbe, no sólo he de corresponderos debidamente, sino rebasaros en lealtad de corazón, si ello fuera posible.

Igualmente deseo que, si alguna vez con anterioridad a esta fecha os hubiera de algún modo ofendido, me dierais la misma absolución que de mí solicitáis, asegurándoos que, de aquí en adelante, mi corazón sólo a vos estará dedicado. ¡Ojala pudiera también estarlo mi cuerpo todo! Y así será, queriéndolo Dios, a quien he de rogar diariamente con tal objeto, en la esperanza de que mis plegarias serán al fin escuchadas.

Deseando que el tiempo que haya de transcurrir sea escaso, aunque a mí ha de parecerme largo con exceso.

Escrito de mano del secretario que de alma, cuerpo y voluntad es

Vuestro leal y más seguro servidor

H busca A.B. ningún otro Rey.

(H seeks A.B. no other Rex).

A continuación os pongo un video donde podéis apreciar fragmentos de las cartas que Enrique escribió a Ana Bolena. La fecha exacta de cuando fueran redactadas estas correspondencias es desconocida, no obstante los historiadores estiman que fue entre 1527 y 1528. El monarca escribió nada más y nada menos que 17 cartas a su dama.


http://www.youtube.com/watch?v=pq_qK_FXnhQ


Bibliografía:

Hackett, Francis: Enrique VIII y sus seis mujeres, Editorial Juventud S.A., Barcelona, 1975.

9 comentarios:

Diana de Méridor dijo...

Madame, ya esta usted de regreso por la corte de los Tudor! Bienvenida.
Que curioso leer esas cartas en las que el rey parecia un corderito. Lo que hace el corazon!
Veremos ese video, madame.

Feliz dia

Bisous

Erendis dijo...

las leo y las releo y me encantan...igual que me encanta lo bien que nos uentas todo...parece mntira que escribiendo esto luego la cortara la cabeza....aish, que temperamental y extremista era nuestro Enrique.

un fuerte abrazo guapa,

Lady Caroline dijo...

Buenos días Madame,

Poco a poco voy intentando abarcar diversas cortes reales, pero claro que los Tudor son los protagonistas de este Blog por antonomasia!
Si es curioso observar como Enrique VIII estaba rendido a los piés de Ana Bolena, si tenemos en cuenta el sobreesfuerzo que desempeñaba a relatar todas esas cartas, decían que escribir misivas realmente nunca le gustó y siempre delegaba esa tarea a sus subordinados!

Besos y que pasé Usted una buena jornada.

Lady Caroline dijo...

Buenos días Erendis,

A mi también me apasiona mucho leerlas, me pasó horas analizando los contenidos! Todavía me sigue desconcertando como Enrique pudo profesar un sentimiento tan profundo por ella y luego despreciarla y olvidarla como si nada hubiera existido! A lo mejor era únicamente una pasión avasaladora que jamás se convirtió en amor.

Un gran abrazo y gracias por pasarte.

Anónimo dijo...

Desde luego Enrique sabía muy bien escoger las palabras adecuadas para que todo sonara precioso y pareciera que te estaba prometiendo la luna. Era el perfecto caballero. Una pena, que luego la pobre Ana Bolena acabara como acabó, y más de una de sus esposas también...

Un saludo, milady

lady grey dijo...

Me encantan las cartas de Enrique hacia Ana pues son una muestra del impacto que causó esta dama en el corazón de nuestro querido rey.
Milady, ¿podria explicarme que significa "H,otra A.B. no busca REX."? porque realmente no comprendo.
Gracias por tan maravillosas publicaciones y por esa música tan agradable...
Besos y abrazos...

lady grey dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
lady grey dijo...

He ingresado a tu corte, espero no te moleste....
Por cierto, en vez de aparecer como Lady Grey aparezco co linaltds1508...

Lady Caroline dijo...

María Tudor: Si es que Enrique VIII parecia el perfecto galán que toda mujer aspira en sus sueños. Pobre Ana Bolena, nunca hubiera advinado la volubilidad de sus sentimientos.

Un saludo Milady.


Lady Grey: Muchas gracias por hacerte seguidora, me llena de dicha que te hayas unido a Los Líos de la Corte!!

Admito que esa línea es algo inconpreensible, la traducción del libro no fue muy acertada.

Investigando por Internet encontré la frase original en inglés:

“H seeks AB, no other Rex”.

La palabra Rex es rey en latín.

Abajo indico la traducción:

Enrique busca a Ana Bolena, ningún Otro Rey.

Espero que haya sido de ayuda.
Muchas gracias, siempre es un placer recibir tu visita.

Un gran abrazo