En los primeros tiempos de los Tudor el teatro consistía principalmente en milagros (mystery or miracle plays) y moralidades (morality plays) medievales, que pocas veces se representaban en la corte y pasaron de moda con la Reforma; "entremeses" (interludes), que fueron los sucesores de las moralidades; espectáculos y mascaradas, en los que la música y la danza eran más importantes que el argumento. Busquemos primeramente el significado de las representaciones de carácter medieval.
La palabra "mystery" no alude a ningún tipo de misterio (religioso o de otra índole) sino que se refiere a "mastery" (pronunciado mystery) indicando la destreza y el esfuerzo que los distintos gremios exhibían en las representaciones. El término "miracle" está asociado al contenido de las obras ya que la mayor parte de ellas tiene como argumento principal un milagro o, más popularmente, algún episodio bíblico.
Los morality plays se alejan de carácter histórico religioso de los mistery plays, predominando su enfoque didáctico. Surgen en el siglo XV, la primera obra que se tiene constancia es The Castle of Perseverance, de 1425. Estas representaciones conllevan una serie de instrucciones espirituales o morales que son puestas en escenas a través de diálogos entre los distintos personajes que representan cualidades abstractas tales como el orgullo, la razón, el miedo, etc. Podemos decir que poseen una fuerte carga alegórica.
Los entremeses (interludes), más populares en la era Tudor, eran obras breves de tema popular que se interpretaban en los intervalos entre las diversiones de la corte. Las tramas son muchas más seguras y fuertes, de carácter secular e se incorporan temas distintos de los religiosos tales como el amor o el clima. El dramaturgo contaba aquí con nuevas posibilidades en lo referente a espacio (por ejemplo las puertas) , e introducían algún elemento cómico, para que la función fuera más amena y entretuviera a los presentes.
Los interludes eran representados por actores que iban especializándose y comenzaban a ser actores profesionales, o semiprofesionales, dedicados exclusivamente a la representación de estas obras. A finales del siglo XV hay ya incluso evidencia de la formación de pequeñas compañías teatrales, la mayoría itinerantes, pero algunas bajo el mecenazgo de algunas familias importantes o de hombres de estado. El ejemplo más antiguo que se conserva es Fulgens and Lucrece, escrito por Henry Medwell hacía 1486-1490 para John Morton, cardenal arzobispo de Canterbury.
La palabra "mystery" no alude a ningún tipo de misterio (religioso o de otra índole) sino que se refiere a "mastery" (pronunciado mystery) indicando la destreza y el esfuerzo que los distintos gremios exhibían en las representaciones. El término "miracle" está asociado al contenido de las obras ya que la mayor parte de ellas tiene como argumento principal un milagro o, más popularmente, algún episodio bíblico.
Los morality plays se alejan de carácter histórico religioso de los mistery plays, predominando su enfoque didáctico. Surgen en el siglo XV, la primera obra que se tiene constancia es The Castle of Perseverance, de 1425. Estas representaciones conllevan una serie de instrucciones espirituales o morales que son puestas en escenas a través de diálogos entre los distintos personajes que representan cualidades abstractas tales como el orgullo, la razón, el miedo, etc. Podemos decir que poseen una fuerte carga alegórica.
The Castle of Perseverance (único manuscrito que se conserva)
Los entremeses (interludes), más populares en la era Tudor, eran obras breves de tema popular que se interpretaban en los intervalos entre las diversiones de la corte. Las tramas son muchas más seguras y fuertes, de carácter secular e se incorporan temas distintos de los religiosos tales como el amor o el clima. El dramaturgo contaba aquí con nuevas posibilidades en lo referente a espacio (por ejemplo las puertas) , e introducían algún elemento cómico, para que la función fuera más amena y entretuviera a los presentes.
Los interludes eran representados por actores que iban especializándose y comenzaban a ser actores profesionales, o semiprofesionales, dedicados exclusivamente a la representación de estas obras. A finales del siglo XV hay ya incluso evidencia de la formación de pequeñas compañías teatrales, la mayoría itinerantes, pero algunas bajo el mecenazgo de algunas familias importantes o de hombres de estado. El ejemplo más antiguo que se conserva es Fulgens and Lucrece, escrito por Henry Medwell hacía 1486-1490 para John Morton, cardenal arzobispo de Canterbury.
Fulgens and Lucrece
Los interludes eran piezas teatrales muy bien acogidas en las grandes mansiones y palacios de la época e incluso encontraban defensores en personas tan ligadas a la fé y a su causa católica con Sir Thomas More a quien le encantaban y quien escribio algunas comedias. Cabe destacar que Sir Thomas actuó en los interludes cuando era joven y servia en la casa del cardenal Morton.
La intención de los autores de esas obras era mezclar "el regocijo con el pudor", los personajes eran cómicos o alegóricos y los argumentos podrían ser satíricos, moralizadores o burlescos. El texto se escribía a menudo en versos ramplones. Los encargados de representar los interludes eran grupos pequeños de actores ambulantes que visitaban la corte, las grandes casas de la nobleza, las universidades y los colegios de abogados y procuradores. Hasta siete grupos diferentes podían actuar para Enrique VIII en un solo año y muchos de ellos recibían recompensas del soberano. Algunas compañías como los Cómicos del Rey y los Cómicos de la Reina, eran empleados de forma permanente por la Cámara.
En esa época destacaron los dramaturgos:
John Skelton (c. 1460 - 1529): Perceptor de Enrique VIII durante su infancia y primer gran poeta de la época Tudor. En cuanto al teatro que escribió, Magnificence es un drama moralizante con un argumento civil.
La intención de los autores de esas obras era mezclar "el regocijo con el pudor", los personajes eran cómicos o alegóricos y los argumentos podrían ser satíricos, moralizadores o burlescos. El texto se escribía a menudo en versos ramplones. Los encargados de representar los interludes eran grupos pequeños de actores ambulantes que visitaban la corte, las grandes casas de la nobleza, las universidades y los colegios de abogados y procuradores. Hasta siete grupos diferentes podían actuar para Enrique VIII en un solo año y muchos de ellos recibían recompensas del soberano. Algunas compañías como los Cómicos del Rey y los Cómicos de la Reina, eran empleados de forma permanente por la Cámara.
En esa época destacaron los dramaturgos:
John Skelton (c. 1460 - 1529): Perceptor de Enrique VIII durante su infancia y primer gran poeta de la época Tudor. En cuanto al teatro que escribió, Magnificence es un drama moralizante con un argumento civil.
John Rastell (c. 1475-1536): Estaba casado con la hermana de Thomas More y también destacó por escribir interludes, el más famoso de ellos es The Nature of the Four Elements (1520). No olvidemos de mencionar Calisto and Melebea (1530?), una historia de amor basada en la obra de Fernando Rojas, "La Celestina". Rastell era un hombre de leyes de múltiples talentos que también trabajaba como impresor, ingeniero militar y artista decorativo. En 1517, Rastell ayudó a emprender la primera expedición inglesa a América con fines colonizadores; por desgracia no llegó más allá de Irlanda.
Calisto and Melebea
John Heywood (c. 1497 - c. 1580): Uno de los mejores autores de interludes antes de la Reforma, se casó con una sobrina de Thomas More y trabajó para la corte a partir de 1519, al principio en calidad de cantante. También escribió música para laúd e intrumentos de teclado y no se le daba mal la poesía. Sus obras más famosas eran The Play of the Whether (1533) y The Four PS (1544). Se dice que Heywood se libró por poco de ser ejecutado por traidor en 1544, sólo porque el rey admiraba tanto su obra.
John Heywood
Bibliografía:
Weir, Alison: Enrique VIII el rey y la corte, Círculo de Lectores, Barcelona, 2004.
Concha Muñoz, Ángeles de la; Elices Agudo, Juan Francisco; Zamorano Rueda, Ana Isabel: Literatura inglesa hasta el siglo XVII, editorial UNED, Madrid, 2009.
11 comentarios:
Estupendo, madame, ha vuelto a deleitarme, puesto que tanto amo el teatro. Los tiempos de los Tudor fueron buenos para el teatro, no cabe duda. Nos deparaban grandes dramaturgos y obras geniales.
Buenas noches, Lady Caroline
Bisous
Gracias Madame como siempre por su visita. A lo largo de estos meses pretendo publicar varias entradas sobre el teatro isalino y analizar algunas obras emblemáticas de esa época. Ya lo iréis viendo poco a poco.
Que pase un buen día Madame Minuet.
Besos.
UNa entrada sobresaliente, casi propia de una tésis doctoral.
me ha encantado.
Un gran abrazo
Gracias José por tan halagadoras palabras, pero no es para tanto!! Esto es unicamente un pequeño resumen de lo que voy estudiando en la asignatura de literatura del Grado en Estudios Ingleses.
Un gran abrazo para ti también.
En esta época todavía no actuaban mujeres ¿no? la moral reinante seguía prefiriendo ver en escena a travestidos antes que a señoras... que contradicción...
José Luis: Si que es una pena que impidieran a las mujeres actuar, nos adentraremos mejor en este tema cuando nos introduzcamos en el teatro de isabelino.
Saludos!
Hola Caroline
Ya te dije que este artículo me pareció apasionante, especialmente por darme a conocer a otros dramaturgos de la época, ya que solo me sonaba el nombre de John Skelton. Muy buen trabajo
Un saludo
Hola Caroline
Gracias por tu mensaje en mi blog. Me apasiona todas tus entradas especialmente las de los Borgia,Tudor y Trastamara :-). Me ha sorprendido que un dramaturgo inglés creara una obra basada en "La Celestina",desconocia que esta obra literaria española fuese famosa allí.Interesante, siempre se aprende algo nuevo.Feliz semana
María Tudor: Muchas gracias María, esto es apenas un resumen de lo que era el teatro en los primeros tiempos de la era Tudor, me pareció conveniente reflejarlo y dar a conocer un poquito más las obras de ese período no muy conocido del teatro inglés.
Saludos.
Margnolia: Bienvenida a mi corte, me alegra que sean de tu agrado, aunque ultimamente estoy escribiendo muy poco debido a otros cometidos de carácter más urgente. Para Navidades espero disponer de más tiempo! Fue un gran hallazgo haber descubierto tu blog!
El hecho de haber sido muy popular "La celestina" en Inglaterra es de lo más llamativo, incluso como habéis visto han escrito su propia versión. Ya en esa época se ve que la literatura española era muy valorada en el resto de Europa, aunque en el siglo de Oro fue cuando alcanzó su máximo apogeo.
Saludos.
Madame, hay algo en mi blog para usted que espero resulte de su agrado. Es una sorpresa un poco diferente a lo habitual :)
Buenas noches, madame
Bisous
Que ansiosa estoy Madame!! Ahora mismo paso por su morada.
Besos
Publicar un comentario