viernes, 27 de julio de 2012

Cecilia Gallerani, la dama del armiño (2ª parte)



Una dama muy cultivada

Ludovico Sforza estaba realmente cautivado por la joven Cecilia; compartían aficiones comunes, como la música y la poesía, por la cuales ambos profesaban una gran devoción. Se decía que estaban estrechamente unidos, y  la trataba además con el mismo respecto y cariño que un marido a una esposa. 

Cecilia era alabada por su belleza y por hablar y escribir en Latín con fluencia. Gracias a sus grandes dotes, sobre todo para literatura y la música, fue llamada "Musa" y "Donna docta". La solía comparar con destacadas mujeres de la Antigüedad como Aspasia de Mileto (esposa de Pericles) o Asioteo (alumna de Platón). Con su admirada personalidad, no tardó en participar en las tertulias filosóficas y otras actividades de la humanista corte milanesa. Se sabe que Gallerani presidió el primer Salón de Arte Europeo, donde se reunirían las mentes más talentosas de la época. Escritores que le rodeaban  hacían diversas alusiones a las virtudes y a la sabiduría de "la bella Gallerani".  Figuraba entre las mujeres más cultas del momento, entre ellas Isabella d'Este y Victoria Colonna.

 Mateo Bandello (1490-1560) novelista, cortesano y fraile, nunca se cansaba de ensalzar las cualidades de Cecilia y de describirla como una agradable compañía que había conocido en el propio palacio en Milán y en su futura residencia cercana a Cremona. Bandello  pertenecía a la orden de los dominicos del convento de Santa María delle Grazie en Milán, donde Leonardo Da Vinci plasmó en el refectorio el famoso fresco de "La Última Cena".   Él nos cuenta que el entorno de Gallerani estaba dotado de intelectuales, entre doctores y filósofos, y que disfrutaban  contemplando obras de arte y diseños arquitectónicos de los mejores artistas del momento, así como escuchando bellas melodías de talentosos músicos. 

Hacemos un pequeño inciso sobre Bandello, para quién desconoce la figura de este singular personaje. Escribió diversas novelas, entre las cuales está "Los amantes de Verona", que sirvió de inspiración a William Shakespeare para componer su afamada tragedia "Romeo y Julieta" (1591-95). 

El novelista Mateo Bandello 





Santa María delle Grazie en Milán. Alberga el Museo del Cenacolo Vinciano, donde se exhibe el fresco de "La Última Cena" de Leonardo da Vinci. 


La belleza y el amor: Los retratos femeninos de Leonardo


El amor y la belleza fueron los temas principales en los retratos femeninos de la Italia Renacentista. En las negociaciones de los esponsales, la imagen de la novia era a menudo enviada a su futuro marido para informalo de su aparencia. Sin embargo, también se consideraba prudente idealizar a la modelo ya que se creía que la belleza exterior de una dama era una señal inequívoca de la virtud que albergaba en su interior.


Cuando Leonardo entró al servicio de Ludovico Sforza en 1489, tuvo la gran oportunidad de pintar a Cecilia. La belleza de la amante del duque de Milán sirvió para ilustrar las creencias de Da Vinci: la harmonía y la belleza del mundo natural, si se reflejan en la pintura, inspiran amor al que la contempla. El cuadro del artista florentino causó una gran admiración entre sus contemporáneos. Entre ellos el poeta Bernardo Bellincioni que  compuso este magnífico soneto dedicado a "la dama del armiño": 


¿A quién guardas rencor, a quién envidias, Naturaleza?
¡A Da Vinci, que pintó una de tus estrellas!
Cecilia, tan bella hoy es aquella
Frente a cuyos ojos el sol parece sombra oscura.

Tuyo es el honor, aun cuando su pintura
Nos dé a entender que escucha, y no habla.
Piensa que cuanto más viva y hermosa aparezca
Tanto mayor será tu dicha futura.

Dale las gracias pues a Ludovico, o bien
Al ingenio y la mano de Leonardo,
Que te permiten participar de la posteridad.

Quienes la vean, por más tiempo que haya pasado
Dirán al verla viva: así nos basta
Para entender qué es arte y qué es naturaleza.




Beatrice d'Este y su boda postergada

Cuando Gallerani se convirtió en amante oficial del duque, éste llevaba mucho tiempo casado pro verba con Beatrice d'Este, hija menor de Ercole I d'Este, duque de Ferrara. La ceremonia de los esponsales estaba marcada para el año de 1490, pero Ludovico no mostraba ningún interés en oficializar su matrimonio ya que estaba inmerso en su apasionado idilio con Cecilia. La boda la retrasó una y otra vez para el disgusto y el desconcierto de su futuro suegro. Se conoce que en noviembre de 1490 el embajador ferrarés, Giacomo Trotti, informó a Ercole I de que Ludovico estaba muy ocupado con su amante, quien no sólo era "bella como una flor" sino que además estaba embarazada.


Ludovico Sforza, el Moro




Beatrice d'Este

La boda de Ludovico con Beatrice se celebró finalmente el 16 de enero de 1491 en la capilla del Castillo de Pavia, y poco después, el 3 de mayo de ese mismo año, Cecilia Gallerani dio a luz al hijo de Ludovico, quien recibió el nombre de Cesare. 



Continuará...



Bibliografía:

Cartwright, Julia: Beatrice D´Este: Duchess of Milan (1475-1497), New World Book Manufacturing Co. Inc., Hallandale (Florida), 1972.

http://blog.raucousroyals.com/2009/07/raucous-royal-of-month-cecilia.html


http://www.dailymail.co.uk/news/article-2059167/Leonardo-da-Vincis-The-Lady-Ermine-Decoding-secret-symbols.html

The National Gallery: "Leonardo Da Vinci: Painter at the Court of Milan" (Del 9 de noviembre de 2011 al 5 de febrero de 2012) http://www.nationalgallery.org.uk/whats-on/exhibitions/leonardo-da-vinci-painter-at-the-court-of-milan

http://blogs.milenio.com/node/3427

http://patrimonionacional.es/polonia/pdf/Articulo_Dama_del_Armino.pdf